Santo Rosario con reflexiones cortas del Papa Juan Pablo II

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El Santo Rosario con meditaciones de San Juan Pablo II es un rosario que en realidad tiene pensamientos del Papa Juan Pablo II sobre cada misterio, ya que no escribió algún texto como tal, sin embargo, estos pensamientos, obtenidos de diferentes discursos, nos servirán para profundizar nuestras meditaciones del Santo Rosario.

Meditación del Santo Rosario por San Juan Pablo II

Table of Contents

Santo Rosario meditado por el Papa San Juan Pablo II

Lector: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén

Oración de invocación al Espíritu Santo:

Lector: Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles.
Todos: Y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Lector: Envía, Señor, tu Espíritu 
Todos: Y se renovará la faz de la tierra.

Oremos:

¡Oh Dios, que has instruido
los corazones de tus fieles
con la luz del Espíritu Santo!,
concédenos que sintamos rectamente
con el mismo Espíritu
y gocemos siempre de su divino consuelo.
Por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.

Lector: Ave María purísima
Todos: Sin pecado concebida

Acto de contrición. Todos:

Señor mío Jesucristo,
Dios y Hombre verdadero,
me pesa de todo corazón haber pecado,
porque he merecido el infierno y he perdido el cielo,
sobre todo porque te ofendí a Ti,
que eres bondad infinita,
a quien amo sobre todas las cosas.
Propongo firmemente,
con tu gracia, enmendarme y evitar las ocasiones próximas de pecado,
confesarme y cumplir la penitencia.
Confío en que me perdonarás por tu infinita misericordia.
Amén.

Lector: Abre, Señor, mis labios.
Asamblea: Y mi boca proclamará tu palabra.

Lector: Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. 
Todos: Como era en el principio, ahora y siempre,  por los siglos de los siglos. Amén.

Misterios Gozosos meditados por San Juan Pablo II (Lunes y Sábados)

Hoy Lunes/Sábado vamos a recordar los misteriosos Gozosos de nuestro Señor Jesucristo. Recordemos poner en manos de nuestra Madre cada una de nuestras peticiones.

Primer Misterio Gozoso meditados por San Juan Pablo II: La Encarnación del Hijo de Dios

Del Evangelio según san Lucas:
(Lc 1,26-27).

«Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José,  de la estirpe de David; el nombre de la virgen era María».


Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Meditación del primer misterio gozoso de San Juan Pablo II La encarnación del Hijo de Dios

El primer ciclo, el de los «misterios gozosos», se caracteriza efectivamente por el gozo que produce el acontecimiento de la Encarnación.

Esto es evidente desde la Anunciación, cuando el saludo de Gabriel a la Virgen de Nazaret, se une a la invitación a la alegría mesiánica: «Alégrate, María». A este anuncio apunta toda la historia de la salvación, es más, en cierto modo, la historia misma del mundo.

En efecto, si el designio del Padre es de recapitular en Cristo todas las cosas, el don divino con el que el Padre se acerca a María para hacerla Madre de su Hijo alcanza a todo el universo.

A su vez, toda la humanidad está como implicada en el "fiat" con el que Ella responde prontamente a la voluntad de Dios. (Juan Pablo II, Rosarium Mariae Virginis, 2)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Segundo Misterio Gozoso meditados por San Juan Pablo II: La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel

Del Evangelio según San Lucas:
(Lc 1, 39-42)
«En aquellos días María se puso en camino y fue aprisa a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.  Y sucedió que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; y exclamando a voz en grito, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno»» .


Palabra del Señor.
Gloria a tí Señor Jesús.

Meditación del segundo misterio gozoso de San Juan Pablo II La visita de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel

El regocijo se percibe en la escena del encuentro con Isabel, dónde la voz misma de María y la presencia de Cristo en su seno hacen saltar de alegría a Juan. Haciendo nuestras en el Avemaría las palabras del Ángel y de Santa Isabel, nos sentimos impulsados a buscar siempre de nuevo en María, entre sus brazos y en su corazón, el fruto bendito de su vientre.

(Juan Pablo II, Rosarium Mariae Virginis, 20 y 24)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Tercer Misterio Gozoso: El Nacimiento del Hijo de Dios en el portal de Belén

Del Evangelio según San Lucas:
(Lc 2,1-7)

«Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo Cirino gobernador de Siria. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. 

Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento».

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Tercer Misterio Gozoso de Juan Pablo II El Nacimiento del Hijo de Dios

María, Madre por excelencia, nos ayuda a comprender las palabras claves del misterio del nacimiento de su Hijo divino: humildad, silencio, estupor, alegría.

Nos exhorta ante todo a la humildad para que Dios pueda encontrar espacio en nuestro corazón. Éste no puede quedar obscurecido por el orgullo y la soberbia.

Nos indica el valor del silencio, que sabe escuchar el canto de los Ángeles y el llanto del Niño, y que no los sofoca en el estruendo y en el caos. Junto a ella, contemplaremos el pesebre con íntimo estupor, disfrutando de la sencilla y pura alegría que ese Niño trae a la humanidad.

(Juan Pablo II, Ángelus, 21 de diciembre de 2003)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Cuarto Misterio Gozoso: La presentación de Jesús en el Templo

Del Evangelio según San Lucas:
  (Lc 2, 21-24)

«Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, como lo había llamado el ángel antes de ser concebido en el seno. Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor».


Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del cuarto Misterio Gozoso de San Juan Pablo II la presentación de Jesús en el Templo

(…) ya los dos últimos misterios, aun conservando el sabor de la alegría, anticipan indicios del drama.

En efecto, la presentación en el templo, a la vez que expresa la dicha de la consagración y extasía al viejo Simeón, contiene también la profecía de que el Niño será «señal de contradicción» para Israel y de que una espada traspasará el alma de la Madre. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 2)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Quinto Misterio Gozoso: El Niño Jesús perdido y hallado en el Templo

Del Evangelio según San Lucas:
(Lc 2, 41-47)

«Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando tenía doce años, subieron ellos como de costumbre a la fiesta y, al volverse, pasados los días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres…

Y sucedió que al cabo de tres días, le encontraron en el Templo sentado en medio de los maestros, escuchándolos y preguntándoles; todos los que le oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas».


Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Quinto misterio Gozoso del Papa San Juan Pablo II El Niño Jesús perdido y hallado en el templo

Gozoso y dramático al mismo tiempo es también el episodio de Jesús de 12 años en el templo. Aparece con su sabiduría divina mientras escucha y pregunta, y ejerciendo sustancialmente el papel de quien enseña.

La revelación de su misterio de Hijo, dedicado enteramente a las cosas del Padre, anuncia aquella radicalidad evangélica que, ante las exigencias absolutas del Reino, cuestiona hasta los más profundos lazos de afecto humano.

José y María mismos, sobresaltados y angustiados, no comprendieron sus palabras. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 20)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.


Misterios Dolorosos meditados por San Juan Pablo II (Martes y Viernes)

Los días martes y viernes vamos a meditar los misterios dolorosos de nuestro Señor Jesucristo. Recuerda poner en manos de Dios tus intenciones.

Primer Misterio Doloroso: La oración en el Huerto

Del Evangelio Según san Mateo:
(Mt 26, 36-39).

«Entonces Jesús fue con ellos a un huerto, llamado Getsemaní, y dijo a sus discípulos: «Sentaos aquí mientras voy a orar». Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a sentir tristeza y angustia. Entonces les dijo: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo». Y adelantándose un poco, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú»» 


Palabra del Señor.

Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del primer misterio doloroso por San Juan Pablo II la oración en el Huerto

El itinerario meditativo se abre con Getsemaní, donde Cristo vive un momento particularmente angustioso frente a la voluntad del Padre, contra la cual la debilidad de la carne se sentiría inclinada a rebelarse.

Allí, Cristo se pone en lugar de todas las tentaciones de la humanidad y frente a todos los pecados de los hombres, para decirle al Padre: «no se haga mi voluntad, sino la tuya». Este «sí» suyo cambia el «no» de los progenitores en el Edén. (Rosarium Virginis Mariæ, 22)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Segundo Misterio Doloroso: La flagelación de Jesús atado a la columna

Del Evangelio según san Mateo:
(Mt 27, 26)
«Pilato puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado».
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del segundo misterio Doloroso por San Juan Pablo II la flagelación de Jesús

En los misterios dolorosos contemplamos en Cristo todos los dolores del hombre: en Él, angustiado, traicionado, abandonado, capturado aprisionado; en Él, injustamente procesado y sometido a la flagelación; en Él, mal entendido y escarnecido en su misión; en Él, condenado con complicidad del poder político; en Él conducido públicamente al suplicio y expuesto a la muerte más infamante; en Él, Varón de dolores profetizado por Isaías, queda resumido y santificado todo dolor humano. (Juan Pablo II: Ángelus del 30 de octubre, 1983).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Tercer Misterio Doloroso: La coronación de espinas

Del Evangelio según san Mateo:
(Mt 27, 27-29)

«Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «Salve, Rey de los judío»».
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del tercer misterio Doloroso por San Juan Pablo II La coronación de espinas

¡Ecce homo! En este oprobio no sólo se revela el amor de Dios, sino el sentido mismo del hombre. ¡Ecce homo!: quien quiera conocer al hombre, ha de saber descubrir su sentido, su raíz y su cumplimiento en Cristo, Dios que se humilla por amor hasta la muerte y muerte de cruz (Rosarium Virginis Mariæ, 22)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Cuarto Misterio Doloroso: Jesús con la Cruz a cuestas camino del Calvario

Del Evangelio según San Marcos:
(Mc 15, 21-22)

«Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la «Calavera»».


Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Cuarto misterio Doloroso de San Juan Pablo II Jesús con la cruz a cuestas camino del Calvario

En el camino doloroso y en el Gólgota está la Madre, la primera Mártir.

Y nosotros, con el corazón de la Madre, a la cual desde la cruz entregó en testamento a cada uno de los discípulos y a cada uno de los hombres, contemplamos conmovidos los padecimientos de Cristo, aprendiendo de El la obediencia hasta la muerte, y muerte de cruz; aprendiendo de Ella a acoger a cada hombre como hermano, para estar con Ella junto a las innumerables cruces en las que el Señor de la gloria todavía está injustamente enclavado, no en su Cuerpo glorioso, sino en los miembros dolientes de su Cuerpo místico. (Juan Pablo II: Ángelus del 30 de octubre, 1983).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Quinto Misterio Doloroso: La crucifixión y muerte de Jesús

Del Evangelio según San Lucas:
(Lc  23, 33-46)

«Llegados al lugar llamado «La Calavera», le crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: «Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen»… Era ya eso de mediodía cuando, al eclipsarse el sol, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la media tarde. El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» y, dicho esto, expiró».

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del quinto misterio de San Juan Pablo II doloroso la crucifixión y muerte de Jesús

Los misterios de dolor llevan al creyente a revivir la muerte de Jesús poniéndose al pie de la cruz junto a María, para penetrar con ella en la inmensidad del amor de Dios al hombre y sentir toda su fuerza regeneradora. (Rosarium Virginis Mariæ, 22)

Siervo del Padre, Primogénito entre muchos hermanos, Cabeza de la humanidad, transforma el padecimiento humano en oblación agradable a Dios, en sacrificio que redime. El es el Cordero que quita el pecado del mundo, el Testigo fiel, que capitula en sí y hace meritorio todo martirio. (Juan Pablo II: Ángelus del 30 de octubre, 1983).

Misterios Gloriosos meditados por San Juan Pablo II (Miércoles y Domingos)

Los días miércoles y domingos vamos a meditar los misterios gloriosos de nuestro Señor Jesucristo. Recuerda poner tus intenciones después de presentar cada misterio.

Primer Misterio Glorioso: La Resurrección del Hijo de Dios

Del Evangelio según San Lucas:
(Lc 24, 1-6).  

«El primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando los aromas que habían preparado. Pero encontraron que la piedra había sido retirada del sepulcro, y entraron, pero no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. No sabían qué pensar de esto, cuando se presentaron ante ellas dos hombres con vestidos resplandecientes. Ellas, despavoridas, miraban al suelo, y ellos les dijeron: «¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado»» 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Rosario de San Juan Pablo II del primer misterio glorioso la resurrección del Hijo de Dios

En Cristo resucitado resurge el mundo entero y se inauguran los cielos nuevos y la tierra nueva que llegarán a cumplimiento a su vuelta gloriosa, cuando “la muerte no existirá más, ni habrá duelo, ni gritos, ni trabajo, porque todo esto es ya pasado” (Juan Pablo II, Ángelus del 6 de noviembre de 1983).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Segundo Misterio Glorioso: La Ascensión del Señor al cielo

Del Evangelio según San Marcos:
(Mc 16, 19)

«El Señor Jesús, después de hablarles, ascendió al cielo y se sentó a la derecha de Dios». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Rosario de San Juan Pablo II del segundo misterio glorioso la ascensión del Señor al cielo

Al ascender Cristo al cielo, en El se exalta a la naturaleza humana que se sienta a la diestra de Dios, y se da a los discípulos la consigna de evangelizar al mundo; además, al subir Cristo al cielo, no se eclipsa de la tierra, sino que se oculta en el rostro de cada hombre, especialmente de los más desgraciados: los pobres, los enfermos, los marginados, los perseguidos. (Juan Pablo II, Ángelus del 6 de noviembre de 1983).

La enseñanza de esta decena es una exhortación a no dejarse distraer por aquello que apesadumbra, sino a abandonarse a la voluntad del Señor, que nos conduce a lo alto.

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Tercer Misterio Glorioso: La venida del Espíritu Santo

Del libro de los Hechos de los Apóstoles:
(Hch 2, 1-4)

«Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Rosario de San Juan Pablo II del tercer misterio de la venida del Espíritu Santo

Al recibir el Espíritu Santo, los Apóstoles cambiaron profundamente dejando a un lado el miedo y la cobardía, se lanzaron a proclamar a Cristo con valentía y entusiasmo.

Al infundir el Espíritu Santo en Pentecostés, dio a los discípulos la fuerza de amar y difundir la verdad, pidió comunión en la construcción de un mundo digno del hombre redimido y concedió capacidad de santificar todas las cosas con la obediencia a la voluntad del Padre celestial.

De este modo encendió de nuevo el gozo de donar en el ánimo de quien da, y la certeza de ser amado en el corazón del desgraciado. (Juan Pablo II, Ángelus del 6 de noviembre de 1983).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Cuarto Misterio Glorioso: La Asunción de María al cielo

Del libro de los Hechos de los Apóstoles:
(Lc 1, 48-49)

«Todas las generaciones me llamarán bienaventurada porque el Señor ha hecho grandes obras en mí». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Rosario de San Juan Pablo II del cuarto misterio glorioso la asunción de María al cielo

Judit es una figura de María. Como Judit cortó la cabeza de Holofernes el general que quería destruir al pueblo de Dios, así María aplastó la cabeza del demonio, el principal enemigo de la humanidad. Por eso atribuimos a María las mismas alabanzas que el pueblo judío tributó a Judit.

¿Cómo sabemos que María Santísima, después de haber vivido en este mundo, fue llevada al cielo en cuerpo y alma?

Lo sabemos estudiando la Biblia y la Tradición, que representan las dos formas de cómo la Revelación ha llegado hasta nosotros.

En la Biblia encontramos solamente algún indicio acerca de esta verdad, al presentarnos a María como la «llena de gracia», la «bendita entre todas las mujeres» y la «Madre del Señor». Es en la Tradición donde, desde el principio, encontramos claramente este dogma, hasta que el Papa Pío XII lo declaró solemnemente el año de 1950.

Era justo que María, que nunca había sido sometida a la esclavitud del pecado, quedara libre de la corrupción de la muerte.

Gracias sean dadas al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por todos los dones y privilegios, que concedió a María, nuestra Madre. Y que algún día, todos juntos, podemos tener la dicha de alcanzarla en la patria celestial, para bendecirla y alabarla por toda la eternidad.

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Quinto Misterio Glorioso: La coronación de María como Reina y Señora de todo lo creado

Del libro del Apocalipsis:
(Ap 12, 1)

«Una gran señal apareció en el cielo: una mujer, vestida de sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza». 
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación de San Juan Pablo II del quinto misterio glorioso la coronación de María como Reina y Señora de cielo y tierra

Finalmente, en la visión de María ensalzada por todas las criaturas, celebramos el misterio escatológico de una humanidad rehecha en Cristo en unidad perfecta, sin divisiones ya ni otra rivalidad que no sea la de aventajarse en amor uno a otro. Porque Dios es Amor. (Juan Pablo II, Ángelus del 6 de noviembre de 1983).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Misterios Luminosos (Jueves)

Los días Jueves, el día en que se instituyó la Eucaristía, rezamos los misterios Luminosos.

Primer Misterio Luminoso: El Bautismo en el Jordán

Del Evangelio según San Mateo:
(Mt 3,16-17)

«Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco»». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del primer misterio luminoso El Bautismo de Jesús en el Jordán

Jesús, siendo Dios, se hace hombre, el último de los hombres, representante de la humanidad pecadora. Por eso pide el bautismo de Juan, un bautismo de arrepentimiento. Así cumple la voluntad del Padre hasta el fondo.

Y tú ¿Qué? ¿Todo anda bien en tu vida? ¿No necesitas arrepentirte de algo? Piénsalo bien. Posiblemente Dios espera una palabra tuya de arrepentimiento, para hacerte oír en tu corazón lo que tal vez nunca oíste o que ya olvidaste: «He aquí a mi hijo amado».

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Segundo Misterio Luminoso: Las bodas de Caná

Del Evangelio según San Juan:
(Jn 2, 1-5)

«Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda de Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga»».  

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del Segundo misterio luminoso Las bodas de Caná

¿Qué te parece la actitud de María? Siempre atenta a las necesidades de los demás. Como una verdadera madre.

En realidad, Jesús no pensaba hacer ningún milagro. Fue María que lo empujó a intervenir. Y salió el milagro que dejó a todos admirados y convencidos de que Jesús no era un hombre cualquiera, sino alguien enviado por Dios.

¿Qué nos enseña esto? A estar atentos a las necesidades de los hermanos y hacer todo lo posible para dar una respuesta, según la capacidad de cada uno. Después interviene Dios, que hace lo demás a su manera, hasta realizar algún milagro, si es necesario. Y con esto despierta y alimenta la fe de todo hombre de buena voluntad.

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Tercer Misterio Luminoso: El anuncio del Reino de Dios

Del Evangelio según San Marcos:
(Mc 1, 15)

«El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio». (Mc 1, 15)

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del tercer misterio luminoso El anuncio del Reino de Dios

¿Queremos formar parte del Reino de Dios? Adelante. Antes que nada tenemos que dejar todo lo que os aparta de Dios y después hacer todo lo posible por conocer y seguir a Cristo con su Evangelio. De otra manera, se trata de puras palabras.

¿Qué es el Reino de Dios? El mundo como lo quiere Dios. Pues bien, en Cristo ya tenemos las primicias de este nuevo mundo, hecho según el corazón de Dios. Y Jesús, con presencia, con su palabra y con su acción, anuncia y establece el Reino de Dios.

¿Qué hacer, entonces? Asociarnos a Cristo y a su Iglesia en esta misión de anunciar y hacer presente el Reino de Dios. ¿Cómo? Antes que anda, cambiando de actitud, aceptando y viviendo el Evangelio; y después, una vez hechos ciudadanos del Reino, tratando de ensanchar sus fronteras hasta los confines de la Tierra.

Que nada ni nadie quede al margen del Reino de Dios. Que la cultura, la política, la economía… todo quede impregnado por los valores del Reino hasta hacer de la familia humana la grande familia de Dios.

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Cuarto Misterio Luminoso: La Transfiguración

Del Evangelio según San Mateos:
(Mt 17, 1-2)

«Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz»

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación del cuarto misterio luminoso la Transfiguración

Se trata de un acontecimiento semejante al del bautismo de Jesús en el Jordán. También aquí Jesús vivió una experiencia que le ayudó a descubrir la importancia de su misión. Esta experiencia también sirvió mucho a los Apóstoles que contemplaron su gloria.

Quiera Dios que la meditación de este misterio nos ayude a tener los mismo sentimientos de los Apóstoles, especialmente San Pedro, quien llegó a escribir que a consecuencia de la Transfiguración, creyó «más firmemente en el mensaje de los profetas», de tal manera que el Evangelio que se nos predicó debe ser considerado como «una lámpara que luce en un lugar oscuro, hasta que se levante el día y el Lucero de la mañana brille en nuestros corazones» (Cf. 2 Pe. 1, 19).

Oh Señor Jesús, concede también nosotros poder saborear tu gloria, no sólo por un instante, sino por toda la eternidad, en compañía de nuestros seres queridos.

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Quinto Misterio Luminoso:  La institución de la Eucaristía

Del Evangelio según San Mateos:
(Mt 26, 26)

«Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, este es mi cuerpo»». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Quinto misterio luminoso la institución de la Eucaristía

La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia. Es el más grande regalo que Jesús ha hecho a sus discípulos.

Señor Jesús, gracias por este sacramento admirable. Gracias por este bello regalo que nos hiciste. Que cada vez que participemos en la Santa Misa, recordemos este gesto de amor y nos alimentemos con tu Cuerpo y con tu Sangre, para que no desfallezcamos en el duro camino de la vida.

Santísima Virgen María, consíguenos de tu Hijo Jesús un grande amor por la Eucaristía. Que el pecado no nos impida nunca disfrutar de este banquete, que Jesús nos ofrece continuamente a través de su Iglesia.

Misterios Luminosos meditados por San Juan Pablo II (Jueves)

Los días Jueves, el día en que se instituyó la Eucaristía, rezamos los misterios Luminosos.

Primer Misterio Luminoso: El Bautismo en el Jordán

Del Evangelio según San Mateo:
(Mt 3,16-17)

«Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio al Espíritu de Dios que bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que salía de los cielos decía: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco»». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación de San Juan Pablo II del primer misterio luminoso El Bautismo de Jesús en el Jordán

Misterio de luz es ante todo el Bautismo en el Jordán. En él, mientras Cristo, como inocente que se hace ‘pecado’ por nosotros, entra en el agua del río, el cielo se abre y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto, y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 21)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Segundo Misterio Luminoso: Las bodas de Caná

Del Evangelio según San Juan:
(Jn 2, 1-5)

«Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda de Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: «No tienen vino». Jesús le responde: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora». Dice su madre a los sirvientes: «Haced lo que él os diga»».  

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación de San Juan Pablo II del Segundo misterio luminoso Las bodas de Caná

Misterio de luz es el comienzo de los signos en Caná , cuando Cristo, transformando el agua en vino, abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente.

Excepto en el de Caná, en estos misterios la presencia de María queda en el trasfondo. Los Evangelios apenas insinúan su eventual presencia en algún que otro momento de la predicación de Jesús y nada dicen sobre su presencia en el Cenáculo en el momento de la institución de la Eucaristía.

Pero, de algún modo, el cometido que desempeña en Caná acompaña toda la misión de Cristo. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 21).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Tercer Misterio Luminoso: El anuncio del Reino de Dios

Del Evangelio según San Marcos:
(Mc 1, 15)

«El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio». (Mc 1, 15)

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación de San Juan Pablo II del tercer misterio luminoso El anuncio del Reino de Dios

Misterio de luz es la predicación con la cual Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe, iniciando así el ministerio de misericordia que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiado a la Iglesia. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 21).

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Cuarto Misterio Luminoso: La Transfiguración

Del Evangelio según San Mateos:
(Mt 17, 1-2)

«Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos: su rostro se puso brillante como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz»

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Meditación de San Juan Pablo II del cuarto misterio luminoso la Transfiguración

Misterio de luz por excelencia es la Transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor. La gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo escuchen y se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, a fin de llegar con Él a la alegría de la Resurrección y a una vida transfigurada por el Espíritu Santo. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 21)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Quinto Misterio Luminoso:  La institución de la Eucaristía

Del Evangelio según San Mateos:
(Mt 26, 26)

«Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos, dijo: «Tomad, comed, este es mi cuerpo»». 

Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor Jesús.

Reflexión de San Juan Pablo II del Quinto misterio luminoso la institución de la Eucaristía

La Eucaristía es el centro de la vida de la Iglesia. Es el más grande regalo que Jesús ha hecho a sus discípulos.
Misterio de luz es, por fin, la institución de la Eucaristía, en la cual Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad « hasta el extremo » y por cuya salvación se ofrecerá en sacrificio. (Juan Pablo II, Rosarium Virginis Mariae, 21)

Rezar:
1 Padre nuestro
10 Ave María

Jaculatorias:

Lector: María, Madre de gracia, Madre de misericordia
Todos: En la vida y en la muerte ampáranos gran Señora.

Lector: Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, 
Todos: Y lleva todas las almas al cielo, especialmente a las más necesitadas de tu divina misericordia, Amén.

Para concluir el Santo Rosario se rezan las últimas cuentas del Santo Rosario como se muestra a continuación.

Últimas cuentas del Santo Rosario meditado por San Juan Pablo II

Al finalizar el rezo de los 5 misterios del Santo Rosario, se continua orando con esta sección:

Padre Nuestros:

Padre nuestro que estás en el cielo, 
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad 
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy 
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos 
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.

Aves Marías del Santo Rosario:

1. Dios te Salve María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines, llena eres de gracia el Señor está contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

2. Dios te Salve María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes, llena eres de gracia el Señor está contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

3. Dios te Salve María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames, nuestros dones y carismas para que los perfecciones y todas nuestras necesidades para que las remedies, llena eres de gracia el Señor está contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, madre de Dios, Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte, Amén.

Dios te Salve, María Santísima, Templo, Trono y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa Original

Salve

Dios te salve, Reina 
y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A ti llamamos 
los desterrados hijos de Eva;
a ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos 
misericordiosos;
y después de este destierro, 
muéstranos a Jesús,

Fruto bendito de tu vientre.
¡Oh, clemente, oh piadosa, 
oh dulce Virgen María!
Ruega por Nosotros Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestros Salvador Jesucrito, Amén.

Letanía Lauretana actualizada para el Santo Rosario

Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
Cristo, ten piedad, Cristo, ten piedad.
Señor, ten piedad, Señor, ten piedad.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, Ten piedad de nosotros.

Santa María, Ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, Ruega por nosotros.
Santa Virgen de las Vírgenes, Ruega por nosotros.
Madre de Cristo, Ruega por nosotros.
Madre de la Iglesia, Ruega por nosotros.
Madre de la Misericordia, Ruega por nosotros.
Madre de la divina gracia, Ruega por nosotros.
Madre de la Esperanza, Ruega por nosotros.
Madre purísima, Ruega por nosotros.
Madre castísima, Ruega por nosotros.
Madre siempre virgen, Ruega por nosotros.
Madre inmaculada, Ruega por nosotros.
Madre amable, Ruega por nosotros.
Madre admirable, Ruega por nosotros.
Madre del buen consejo, Ruega por nosotros.
Madre del Creador, Ruega por nosotros.
Madre del Salvador, Ruega por nosotros.
Madre de misericordia, Ruega por nosotros.
Virgen prudentísima, Ruega por nosotros.
Virgen digna de veneración, Ruega por nosotros.
Virgen digna de alabanza, Ruega por nosotros.
Virgen poderosa, Ruega por nosotros.
Virgen clemente, Ruega por nosotros.
Virgen fiel, Ruega por nosotros.
Espejo de justicia, Ruega por nosotros.
Trono de la sabiduría, Ruega por nosotros.
Causa de nuestra alegría, Ruega por nosotros.
Vaso espiritual, Ruega por nosotros.
Vaso digno de honor, Ruega por nosotros.
Vaso de insigne devoción, Ruega por nosotros.
Rosa mística, Ruega por nosotros.
Torre de David, Ruega por nosotros.
Torre de marfil, Ruega por nosotros.
Casa de oro, Ruega por nosotros.
Arca de la Alianza, Ruega por nosotros.
Puerta del cielo, Ruega por nosotros.
Estrella de la mañana, Ruega por nosotros.
Salud de los enfermos, Ruega por nosotros.
Refugio de los pecadores, Ruega por nosotros.
Consuelo de los migrantes, Ruega por nosotros.
Consoladora de los afligidos, Ruega por nosotros.
Auxilio de los cristianos, Ruega por nosotros.
Reina de los Ángeles, Ruega por nosotros.
Reina de los Patriarcas, Ruega por nosotros.
Reina de los Profetas, Ruega por nosotros.
Reina de los Apóstoles, Ruega por nosotros.
Reina de los Mártires, Ruega por nosotros.
Reina de los Confesores, Ruega por nosotros.
Reina de las Vírgenes, Ruega por nosotros.
Reina de todos los Santos, Ruega por nosotros.
Reina concebida sin pecado original, Ruega por nosotros.
Reina asunta a los Cielos, Ruega por nosotros.
Reina del Santísimo Rosario, Ruega por nosotros.
Reina de la familia, Ruega por nosotros.
Reina de la paz. Ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad y misericordia de Nosotros.

Cómo terminar el Santo Rosario meditado por San Juan Pablo II

Oración

Todos: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios; no desprecies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidad. Antes bien, líbranos de todos los peligros, oh Virgen Gloriosa y Bendita.

Lector: Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
Todos: Para que se amos dignos de alcanzar las divinas gracias y promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Oración Final

Lector: OREMOS: Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las alegrías eternas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.


Todos juntos:

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ave María purísima. Sin Pecado concebida.




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