Cuando usarlo: Tiempo de Adviento || Adoración Adviento
Canto de Entrada para I Domingo de Adviento
Autor: Gabriel de J. Frausto
Rasgueo: ↓↑↓↓
Recuerda poner en horizontal tu celular para apreciar mejor la letra:
Vídeo canto de Adviento Levanto mi alma
A Ti Señor, Levanto mi alma acordes y letra para canto de entrada del tiempo ordinario es un canto especialmente recomendado para el I Domingo de Adviento, según lo recomienda el Autor Gabriel de J. Frausto.
De ser necesario, este canto lo podrás utilizar en cualquier Domingo de Adviento. Recuerda que te puedes guiar por alguna de las lecturas o el sentido de aproximación a la fecha de Navidad.
Este canto esta basado en el Salmo 24(25): Oración por toda clase de necesidades que te dejo a continuación:
Salmo 24 (25) A Ti, Señor, levanto mi alma; Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado, que no triunfen de mí mis enemigos; pues los que esperan en ti no quedan defraudados, mientras que el fracaso malogra a los traidores. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas; haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. Las sendas del Señor son misericordia y lealtad para los que guardan su alianza y sus mandatos. Por el honor de tu nombre, Señor, perdona mis culpas, que son muchas. ¿Hay alguien que tema al Señor? Él le enseñará el camino escogido: su alma vivirá feliz, su descendencia poseerá la tierra. El Señor se confía con sus fieles y les da a conocer su alianza. Tengo los ojos puestos en el Señor, porque él saca mis pies de la red. Mírame, ¡Oh Dios!, y ten piedad de mí, que estoy solo y afligido. Ensancha mi corazón oprimido y sácame de mis tribulaciones. Mira mis trabajos y mis penas y perdona todos mis pecados; mira cuántos son mis enemigos, que me detestan con odio cruel. Guarda mi vida y líbrame, no quede yo defraudado de haber acudido a ti. La inocencia y la rectitud me protegerán, porque espero en ti. Salva, ¡Oh Dios!, a Israel de todos sus peligros.
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