Domingo
VII Domingo del tiempo ordinario
Color litúrgico: Verde
Oración colecta de hoy 20 de febrero de 2022
Concédenos, Dios todopoderoso, que la constante meditación de tus misterios nos impulse a decir y hacer siempre lo que sea de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo.
Primera Lectura de hoy 20 de febrero de 2022
Del primer libro de Samuel 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23
En aquellos días, Saúl se puso en camino con tres mil soldados israelitas, bajó al desierto de Zif en persecución de David y acampó en Jakilá.
David y Abisay fueron de noche al campamento enemigo y encontraron a Saúl durmiendo entre los carros; su lanza estaba clavada en tierra, junto a su cabecera, y en torno a él dormían Abner y su ejército. Abisay dijo entonces a David: «Dios te está poniendo al enemigo al alcance de tu mano. Deja que lo clave ahora en tierra con un solo golpe de su misma lanza. No hará falta repetirlo». Pero David replicó: «No lo mates. ¿Quién puede atentar contra el ungido del Señor y quedar sin pecado?» Entonces cogió David la lanza y el jarro de agua de la cabecera de Saúl y se marchó con Abisay. Nadie los vio, nadie se enteró y nadie despertó; todos siguieron durmiendo, porque el Señor les había enviado un sueño profundo. David cruzó de nuevo el valle y se detuvo en lo alto del monte, a gran distancia del campamento de Saúl. Desde ahí gritó: «Rey Saúl, aquí está tu lanza, manda a alguno de tus criados a recogerla. El Señor le dará a cada uno según su justicia y su lealtad, pues él te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra el ungido del Señor».
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial de hoy 20 de febrero de 2022
Del salmo 102
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga su santo nombre. Bendice al Señor, alma mía, y no te olvides de sus beneficios.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor perdona tus pecados y cura tus enfermedades; él rescata tu vida del sepulcro y te colma de amor y de ternura.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. No nos trata como merecen nuestras culpas, ni nos paga según nuestros pecados.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos; como un padre es compasivo con sus hijos, así es compasivo el Señor con quien lo ama.
R. El Señor es compasivo y misericordioso.
Segunda Lectura de hoy 20 de febrero de 2022
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios 15, 45-49
Hermanos: La escritura dice que el primer hombre, Adán, fue un ser que tuvo vida; el último Adán es Espíritu que da la vida. Sin embargo, no existe primero lo vivificado por el Espíritu, sino lo puramente humano; lo vivificado por el Espíritu viene después.
El primer hombre, hecho de tierra, es terreno; el segundo viene del cielo. Como fue el hombre terreno, así son los hombres terrenos; como es el hombre celestial, así serán los celestiales. Y del mismo modo que fuimos semejantes al hombre terreno, seremos también semejantes al hombre celestial.
Palabra de Dios. R. Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya.
Les doy un mandamiento nuevo, dice el Señor, que se amen los unos a los otros, como yo los he amado.
R. Aleluya.
Evangelio de hoy 20 de febrero de 2022
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 27-38
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Traten a los demás como quieran que los traten a ustedes; porque si aman sólo a los que los aman, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores aman a quienes los aman. Si hacen el bien sólo a los que les hacen el bien, ¿qué tiene de extraordinario? Lo mismo hacen los pecadores. Si prestan solamente cuando esperan cobrar, ¿qué hacen de extraordinario? También los pecadores prestan a otros pecadores, con la intención de cobrárselo después.
Ustedes, en cambio, amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar recompensa. Así tendrán un gran premio y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno hasta con los malos y los ingratos. Sean misericordiosos, como su Padre es misericordioso.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den y se les dará: recibirán una medida buena, bien sacudida, apretada y rebosante en los pliegues de su túnica. Porque con la misma medida con que midan, serán medidos».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Plegaria Universal
Invoquemos a Dios todopoderoso con una oración tan pura y humilde, que merezca obtener lo que pedimos:
- Por la santa Iglesia, extendida de Oriente a Occidente: para que el Señor la mantenga firme y confiada en medio de las contrariedades y tentaciones del mundo, roguemos al Señor.
- Por los que tienen autoridad en el mundo, para que bajo su gobierno podamos vivir en paz y concordia glorificando a Cristo, nuestra esperanza, roguemos al Señor.
- Por los que nos desprecian a causa de nuestra fe y por los que persiguen a la Iglesia: para que el Señor les conceda encontrar la verdad, roguemos al Señor.
- Por los que estamos aquí reunidos en el nombre del Señor, para que Dios nos conceda perseverar en la fe y nos reúna un día a todos en su reino, roguemos al Señor.
Padre clementísimo, que en Cristo nos has revelado tu amor gratuito y universal, danos un corazón nuevo, para que seamos capaces de amar incluso a nuestros enemigos y de orar por los que nos injurian, tal como nos lo mandó tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Oración sobre las ofrendas
Al celebrar con la debida reverencia tus misterios, te rogamos, Señor, que los dones ofrecidos en honor de tu gloria nos sirvan para la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que alcancemos aquel fruto celestial, cuyo adelanto acabamos de recibir mediante estos sacramentos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Canto
Este es un canto que puedes escuchar y meditar el día de hoy: