Después de comulgar, cierra tus ojos, ten un momento de plática íntima con él y, finalmente, puedes orar alguna de estas oraciones.
Actos de fe, esperanza, caridad y adoración
Creo, Señor, fortalece mi fe. Espero, Señor, asegura mi esperanza. Te amo, Señor, aumenta mi amor. Creo, Señor, firmemente, todo lo que cree y confiesa nuestra Santa Madre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Lo creo porque Tú mismo, Verdad infalible, que no puede engañarse ni quiere engañarnos, se lo ha revelado. Y en esta fe quiero vivir y morir. Espero en Ti, Dios mío, porque eres poderoso y misericordioso. Y por los méritos de tu Vida, Pasión y Muerte confío que me perdonarás mis pecados y me darás las gracias que necesito para salvarme. Te amo, Dios mío, porque eres bueno sobre todas las cosas, y has sido muy bueno conmigo siempre, sin yo merecerlo. Me pesa haberte ofendido y quiero que me ayudes a no volver a pecar. Señor, yo te adoro en este Sacramento, y te reconozco por mi Creador, Redentor y mi Dueño. Confieso que no soy digno de que vengas a mí, y te ruego que me des las gracias que más necesite, no me abandones en el resto de mi vida y estés, sobre todo, a mi lado en la hora de la muerte. Amén.
Oración de San Ignacio de Loyola
Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer, tú me lo diste, a ti, Señor, de lo devuelvo. Todo es tuyo: dispón de ello según tu voluntad. Dame tu amor y gracia, que esto me basta. Alma de Cristo, *santifícame. Cuerpo de Cristo, *sálvame. Sangre de Cristo, *embriágame. Agua del Costado de Cristo, *lávame. Pasión de Cristo, *confórtame. ¡Oh buen Jesús!, *óyeme. Dentro de tus llagas, *escóndeme. No permitas *que me aparte de Ti. Del maligno enemigo, *defiéndeme. En la hora de mi muerte, *llámame. Y mándame, *ir a Ti, para que con tus santos, *te alabe por los siglos de los siglos. *Amén.
Oración de comunión espiritual
Señor, yo creo firmemente que estás presente aquí, en el Santísimo Sacramento del Altar. te adoro con todo mi corazón, y te amo sobre todas las cosas. Deseo recibirte, pero como no puedo hacerlo ahora sacramentalmente, te ruego, vengas a mí espiritualmente. No permitas que me separe de ti. Amén.
Consagración al Sagrado Corazón de Jesús
¡Corazón Sacratísimo de Jesús! Yo te ofrezco por medio del Corazón Inmaculado de María y de toda la corte celestial, y en unión de todos los méritos de tu Vida, Pasión y Muerte, todos mis pensamientos, palabras y obras; mis penas y sufrimientos, mi cuerpo y mi alma. Te lo ofrezco para darte, según mis fuerzas, el honor que Tú mereces, en agradecimiento del amor que me tienes, de todos los beneficios que me has concedido y me piensas conceder, para repararte de las blasfemias y de tantas ofensas como recibes; por el pronto advenimiento de tu reinado, y en sufragio de las benditas ánimas del purgatorio. Para mí, finalmente, no te pido otra recompensa que el servirte con fidelidad, y el cumplimiento en mí de las promesas a los consagrados a tu Sagrado Corazón. Perdóname los pecados que haya cometido, ayúdame en adelante a tener una vida de buen cristiano, y alcánzame en la hora de la muerte la gracia de la perseverancia final. -Amén.
Consagración al Inmaculado Corazón de María
¡Corazón Inmaculado de María, Madre de Dios y Señora Nuestra! Yo te ofrezco todos mis pensamientos, palabras y obras, mis sufrimientos, necesidades y molestias todas, mis bienes interiores y exteriores, todos mis trabajos presentes y futuros, y todos los instantes de mi vida, mi alma, mi corazón y mi cuerpo; todo mi ser, a Ti te lo ofrezco, Madre mía, para que Tú los presentes ante el trono de Dios, en unión de tus grandes e innumerables méritos y los de Jesucristo Nuestro Señor. Que estas pobres obras mías sirvan para agradecer los muchos beneficios que de Dios he recibido, para reparar mis pecados y los de todos los hombres y, finalmente, para conseguir la perseverancia de la gracia y después la vida eterna. Amén