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† En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Sagrado Corazón de Jesús, que en el divino sacramento de la Eucaristía estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí nos tienes en tu presencia, pidiéndote perdón de nuestras culpas e implorando tu misericordia. Nos pesa, oh buen Jesús, el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces esa ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón. Amén.
Meditación de hoy al Sagrado Corazón de Jesús
¿Deseas conocer a fondo la inagotable paciencia del Corazón de Jesús? Mira cómo se dignó manifestarse a su devota santa Margarita, herido por la lanza, coronado de espinas, con la Cruz clavada en su pecho. Esas son las insignias del Sagrado Corazón; su escudo de armas. Se diría que para eso vino al mundo: para padecer. En su existencia en la tierra padeció dolores muy crueles tanto en su cuerpo como en su alma. En su cuerpo, pobreza, persecución, azotes, bofetadas, espinas, cruz. En su alma, mentiras, ingratitud, tristeza, agonía mortal, abandono de los suyos. Todo lo padeció callando, sin expresar la menor queja, sin enojarse, sin manifestarse cansado por tanto sufrir. Aún hoy, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, si pudiera padecer, no sería trono de gloria el Sagrario para él, sino Calvario de nuevos e ignorados dolores. Cómo lo tratamos los hombres. Con qué odio lo insultan unos. Con qué desprecio lo miran otros. ¡Con qué frialdad lo visitamos la mayoría de nosotros! ¡Qué tibieza de los que nos decimos sus amigos! ¡Cuán pocos lo tratan con verdadero amor! Pobre Jesús mío, tan sufrido y tan paciente: enséñale a nuestro corazón enfermo el secreto de esta heroica paciencia.
† Se medita unos momentos
Cuanto me confunde, oh buen Jesús, esta meditación. Tú, inocente, no te cansas de padecer por mí; yo, pecador, ni un instante quiero padecer por Ti. Cualquier pequeña dolencia se me hace insoportable; la menor de tus espinas acabaría con mi paciencia... No obstante, Tú quieres que suframos callados. Es más, así nos lo aconseja nuestro propio interés Pero... Nos has colocado en este mundo donde desde la cuna hasta la sepultura nos acompaña la preocupación. Lo quiera o no lo quiera el hombre, ese es su destino. La salud, la fortuna, las inclemencias del tiempo, la rareza de nuestro carácter, son fuente constante de decepciones. Es necesario sufrir: he aquí la advertencia que desde el nacer traemos escrita sobre la frente. Sufrir, pues, con paciencia, como Tú, es el único modo de hacer suave y llevadera esta necesidad. Sufriré, Dios mío; sufriré contigo, por Ti y como Tú quieras y hasta donde Tú quieras. Contemplaré tu Corazón herido y coronado de espinas para alentarme a sufrir con mayor paciencia mis penas. Alzaré los ojos a ese cielo que ha de ser mi recompensa, para no desfallecer en los combates presentes. Tú lo dijiste y está escrito: solamente se va al cielo por el camino de la Cruz. Feliz quien la abrace contigo en esta vida, para recoger contigo sus frutos en al eternidad.
† Se medita y se pide una gracia particular para este día.
Oración y Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús
Rendido a tus pies, oh Jesús mío, considerando las extraordinarias muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña continuamente tu adorable Corazón, te pido, con humildad, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Quiero hacerme digno de los favores y bendiciones que con generosidad concedes a los que, de veras, te conoce, te aman y te sirven.
Mira que soy necesitado, dulce Jesús, y sólo necesito de Ti, como el mendigo necesita la limosna que han de dar los hombres. Mira que soy muy tosco, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer.
Seas todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, bastón de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Ti lo espera todo mi corazón. Tú lo alentaste y lo invitaste, cuando con sencillas palabras dijiste repetidas veces en tu Evangelio: vengan a mi… Aprendan de mi… Pida; llamen…
A las puertas de tu Corazón vengo, llamo, pido y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo Tú y dame a cambio lo que Tú sabes que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. AMÉN.
† Aquí se rezará 3 Padre Nuestro, 3 Ave María y 3 Gloria, en recuerdo de las tres insignias: cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a santa María Margarita Alacoque. Luego se rezan las letanías al Sagrado Corazón de Jesús:
Letanías al Sagrado Corazón de Jesús
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros. Cristo, óyenos. Cristo, óyenos. Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos. Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros. Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros. Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros. Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, de infinita majestad, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, templo santo de Dios, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, deseado de las eternas colinas, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, colmado de oprobios, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren, Ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, Ten piedad de nosotros. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor. Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros. Jesús, manso y humilde de Corazón, Haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Oración final al Sagrado Corazón de Jesús
Oh, Dios todopoderoso y eterno, mira en el Corazón de tu amadísimo Hijo las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece, y concede el perdón a estos hijos tuyos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, nuestro señor Jesucristo, el cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
† En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.