Como el ciervo al agua va acordes y letra es un canto de entrada para el tiempo litúrgico de Adviento.
Después de la letra encontrarás el archivo en PDf.
Cuando usarlo: Tiempo de Adviento || Canto de entrada Adviento
Canto de Entrada Adviento como el ciervo al agua va
Autor: Alejandro Mejía
Rasgueo: ↓↑↓↓
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PDF Como el ciervo al agua va letra y acordes
A continuación te comparto el link para descargar los acordes y la letra de Como el ciervo al agua va de Martín Valverde.
Vídeo de cómo suena como el ciervo al agua va en guitarra
¿Se puede tocar de entrada Como el ciervo al agua va?
Como el ciervo al agua va acordes y letra es un canto que se puede tocar en misa pero únicamente en el tiempo litúrgico de Adviento, ya que la letra de este canto nos habla de la espera de Dios en nuestros momentos de sufrir.
En la figura del ciervo nos vemos a nosotros mismos, pues Dios es la fuente del eterno amor en que todos los hombres tenemos Sed.
Este hermoso canto que fue adaptado por el Maestro Alejandro Mejía, es una adaptación del Salmo 42 -43 (41-42) «Como el ciervo al agua va».
Si quieres orar con este hermoso canto en guitarra, puedes utilizar la letra de arriba, ya que, como sabes, muchas adaptaciones de los salmos para cantarlos se les suele cambiar un poco la letra y agregar otras cosas.
Por esa Razón, aquí abajo te dejo el salmo 42-43 (41-42) por si lo quieres leer completamente.
Salmo 42-43 (41-42): Como el ciervo al agua va Como ansía la cierva corrientes de agua, así mi lama te ansía, oh Dios; MI alma está sedienta de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo entraré a ver el rostro de Dios? Lágrimas son mi pan noche y día, mientras me repiten todo el día: ¿Dónde está tu Dios? Recordándolo me desahogo conmigo: cómo pasaba al recinto y avanzaba hasta la casa de Dios, entre gritos de júbilo y acción de gracias, en el bullicio festivo. ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué estás gimiendo? Espera en Dios, que aún le darás gracias: "Salvación de mi rostro, Dios mío". Cuando mi alma se acongoja, entonces me acuerdo de ti, desde la zona del Jordán y el Hermón y el Monte Menor. Una sima grita a otra sima con voz de cascadas: tus rompientes y tus olas me han arrollado. De día el Señor enviará su lealtad, de noche estaré con su canto: súplica al Dios de mi vida. Le diré a Dios: ¡Peña mía! ¿Por qué me olvidas? ¿Por qué voy andando sombrío, hostigado por el enemigo? Del quebranto de mis huesos se burlan mis adversarios; todo el día me repiten: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te acongojas, alma mía, por qué estás gimiendo? Espera en Dios que aún le darás gracias: "Salvación de mi rostro, Dios mío".
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