Día 15: En el Sagrado Corazón hallaremos la más poderosa fortaleza

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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

Sagrado Corazón de Jesús, que en el divino sacramento de la Eucaristía estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí nos tienes en tu presencia, pidiéndote perdón de nuestras culpas e implorando tu misericordia. Nos pesa, oh buen Jesús, el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces esa ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón. Amén.

Meditación de hoy al Sagrado Corazón de Jesús

En nada se conoce tanto la sustancia del hombre como en su debilidad. Nuestra alma ha quedado, después de la culpa original, tan endeble que cualquier esfuerzo del enemigo basta para derribarla si no tiene al lado una fuerza superior que la sostenga. Puede, asimismo, obrar tan poco para el bien que cualquier leve dificultad la asusta. ¿Queremos ser fuertes en medio de nuestra flaqueza? Acudamos a buscar la fuerza en el Sagrado Corazón de Jesús.

Allí fueron a buscarla los santos, criaturas débiles, de carne y hueso, como nosotros. Gracias a esa búsqueda fueron fuertes y obraron maravillas. Recorramos la historia de la Iglesia y veamos cómo tiernas jóvenes, pobres ancianos se burlaron del poder de los enemigos de Cristo y fueron muy superiores a los halagos, a los tormentos y a la misma amenaza de muerte. Los claustros y los desiertos, la vida doméstica y las cortes están llenos de hombres y mujeres que, en la flor de su edad y en medio de las seducciones, fueron fuertes para renunciar a todo y seguir a Jesucristo hasta elevarse a la mayor santidad. Nada hicieron ellos que no lo puedas hacer tú si procuras los mismos auxilios. ¿Dónde los hallarás? En el Sagrado Corazón de Jesús.

Se medita unos momentos

Somos débiles y enclenques porque así lo queremos. ¿Qué disculpa tendría un niño que no pudiera levantarse del suelo por no querer alargar su mano y tomar la que le tiende su madre? Por eso son frecuentes nuestras caídas; por eso sentimos desconfianza ante la más pequeña dificultad. Quizá, para mayor desgracia, hemos presumido algo de nuestro propio «valor» y con necia arrogancia hemos creído que podíamos prescindir de cualquier amparo….

Acudamos a Dios, el poderoso auxilio y estaremos salvados. Nada podrán los más fieros enemigos; nada las más desordenadas pasiones. Sentiremos agilidad, ligereza, facilidad para toda obra buena y para todo costoso sacrificio.

Corazón de Jesús, fortaleza de los caídos, nuestro corazón anda continuamente desalentado y acude a Ti para que lo sostengas. Danos la mano, Señor, como se la diste a tantos que por Ti se levantaron del lodo y subieron a la cumbre de la virtud; como se la diste a la Magdalena, a Pablo, a Agustín.

¿Qué podría hacer el más valeroso hombre si Tú lo abandonaras? Pero, ¿Qué no podrá hacer el más débil si Tú lo fortaleces? ¡Oh, Dios mío, fortaleza mía: haznos fuertes como Tú para contigo reinar eterna mente, victoriosos…!

Se medita y se pide una gracia particular para este día.

Oración y Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Rendido a tus pies, oh Jesús mío, considerando las extraordinarias muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña continuamente tu adorable Corazón, te pido, con humildad, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Quiero hacerme digno de los favores y bendiciones que con generosidad concedes a los que, de veras, te conoce, te aman y te sirven.

Mira que soy necesitado, dulce Jesús, y sólo necesito de Ti, como el mendigo necesita la limosna que han de dar los hombres. Mira que soy muy tosco, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer.

Seas todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, bastón de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Ti lo espera todo mi corazón. Tú lo alentaste y lo invitaste, cuando con sencillas palabras dijiste repetidas veces en tu Evangelio: vengan a mi… Aprendan de mi… Pida; llamen…

A las puertas de tu Corazón vengo, llamo, pido y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo Tú y dame a cambio lo que Tú sabes que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. AMÉN.

Aquí se rezará  3 Padre Nuestro, 3 Ave María y  3 Gloria, en recuerdo de las tres insignias: cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a santa María Margarita Alacoque. Luego se rezan las letanías al Sagrado Corazón de Jesús:

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de infinita majestad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado de las eternas colinas, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, colmado de oprobios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón, Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración final al Sagrado Corazón de Jesús

Oh, Dios todopoderoso y eterno, mira en el Corazón de tu amadísimo Hijo las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece, y concede el perdón a estos hijos tuyos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, nuestro señor Jesucristo, el cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.




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