Día 17: En el Sagrado Corazón hallaremos la más eficaz protección

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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

Sagrado Corazón de Jesús, que en el divino sacramento de la Eucaristía estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí nos tienes en tu presencia, pidiéndote perdón de nuestras culpas e implorando tu misericordia. Nos pesa, oh buen Jesús, el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces esa ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón. Amén.

Meditación de hoy al Sagrado Corazón de Jesús

Rodeados como estamos de enemigos, necesitamos a todas horas un celoso y vigilante protector. Los enemigos son muchos, son poderosos y nos aborrecen a muerte.

Todo lo que es enemigo de Jesucristo lo es, por consecuencia, de nosotros los cristianos.

Tenemos enfrente de nosotros al poder del infierno y servimos de blanco a sus ataques. El ejército del mal, que inspira invisiblemente Satanás y visiblemente acaudillan sus representantes en la tierra, llena al mundo.

Hay momentos en que se pregunta el corazón ansioso si no es ya dueño Satanás de la tierra entera. Le sirven para la propaganda de sus ideas la imprenta y la elocuencia; ejecutan sus órdenes muchos gobiernos; le prestan ayuda talentos extraviados.

No hay acontecimiento alguno de cuantos presenciamos que no tenga pública o secreta relación con la suerte eterna de cada uno de sus amigos.

Porque así como todo lo ha puesto a mi servicio Dios para salvarme, así todo lo pone en juego el demonio para perderme.

Toda la rabia del infierno contra Dios la descarga el demonio contra mí, porque soy hecho a imagen y semejanza de Dios. Porque el demonio contra Dios se reconoce impotente. Sin embargo, somos, continuamente, objeto de sus fieras arremetidas. ¿Hay esperanza de salvación para el hombre, en medio de tan obstinado empeño en que se pierda?

Se medita unos momentos

Tenemos un protector más fuerte que todos los enemigos y es seguro que nada puede el infierno contra quien sepa acogerse al Sagrado Corazón de Jesús. Tomándolo por escudo avanzaremos decididos.

Digamos con seguridad: El Señor es mi refugio, no temeré cualquier cosa que pueda hacer contra mí el enemigo. El Señor es defensor mío, ¿Qué puede asustarme? Si se levantan contra mí escuadrones armados, no temerá mi corazón; si se libra contra mi recia batalla, en Él pondré mi confianza.

Corazón Sagrado de Jesús, mira cómo está nuestra alma constantemente asediada, cómo es víctima de tenaz persecución, como se observa vacilante y tal vez ya próxima a caer en manos de sus enemigos.

El mundo, el demonio y la carne vienen en contra nuestra, pero, ¿acaso estamos solos? No, tenemos al lado al único amparo, al único protector, a nuestra fortaleza. No nos dará miedo ya el enemigo.

Levántense en mi corazón tempestuosas pasiones; haga brillar el mundo a mi alrededor sus más poderosos atractivos; oiga zumbar sobre mi cabeza el continuo tiroteo de los que te persiguen de muerte, a tu Iglesia y a tus amigos. A tu lado estoy y no desfalleceré.

Caigan a mi diestra mil o diez mil, y a mi izquierda… No me tocarán los dardos del perseguidor. Clamaré al Señor y Él me escuchará; conmigo estará en el peligro y me sacará sano y salvo. Luego, el Señor me glorificará. Sí, dulce protector mío, bondadosísimo Corazón: en tu poder he puesto mi confianza y sé que no me fallarás…

Se medita y se pide una gracia particular para este día.

Oración y Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Rendido a tus pies, oh Jesús mío, considerando las extraordinarias muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña continuamente tu adorable Corazón, te pido, con humildad, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Quiero hacerme digno de los favores y bendiciones que con generosidad concedes a los que, de veras, te conoce, te aman y te sirven.

Mira que soy necesitado, dulce Jesús, y sólo necesito de Ti, como el mendigo necesita la limosna que han de dar los hombres. Mira que soy muy tosco, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer.

Seas todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, bastón de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Ti lo espera todo mi corazón. Tú lo alentaste y lo invitaste, cuando con sencillas palabras dijiste repetidas veces en tu Evangelio: vengan a mi… Aprendan de mi… Pida; llamen…

A las puertas de tu Corazón vengo, llamo, pido y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo Tú y dame a cambio lo que Tú sabes que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. AMÉN.

Aquí se rezará  3 Padre Nuestro, 3 Ave María y  3 Gloria, en recuerdo de las tres insignias: cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a santa María Margarita Alacoque. Luego se rezan las letanías al Sagrado Corazón de Jesús:

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de infinita majestad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado de las eternas colinas, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, colmado de oprobios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón, Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración final al Sagrado Corazón de Jesús

Oh, Dios todopoderoso y eterno, mira en el Corazón de tu amadísimo Hijo las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece, y concede el perdón a estos hijos tuyos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, nuestro señor Jesucristo, el cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.




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