Día 23: Pidamos hoy al Sagrado Corazón por los pobres incrédulos y malos cristianos

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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

Sagrado Corazón de Jesús, que en el divino sacramento de la Eucaristía estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí nos tienes en tu presencia, pidiéndote perdón de nuestras culpas e implorando tu misericordia. Nos pesa, oh buen Jesús, el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces esa ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón. Amén.

Meditación de hoy al Sagrado Corazón de Jesús

Hay hermanos nuestros creados, como nosotros, por Dios; redimidos, como nosotros, por la Sangre divina; destinados, como nosotros, para el reino eterno y que, sin embargo, se obstinan en cerrar sus ojos a la luz de la verdad y en permanecer apartados de la fe, en ciego y voluntario paganismo.

Estos son los pobres incrédulos. ¿Cuántos de estos gentiles hay en medio de nuestra sociedad cristiana, entre nuestros amigos, conocidos y, quizá, parientes?

Ellos no tienen de Dios, de su ley y de sus misterios, mayor conocimiento que el que tiene un salvaje, para quien es absolutamente desconocida la cruz.

Roguemos, pues, hoy al Sagrado Corazón de Jesús por este doloroso estado de tantas almas.

Oh, Jesús, Señor nuestro, ¿Cómo es posible que veinte siglos después de tu venida al mundo haya aún quien no te conozca?

Abre los ojos de esos ciegos del alma. Tú, que a tantos alumbraste los ojos del cuerpo en tu vida mortal, te diremos, como aquel ciego del Evangelio: «Señor, ¡que vean!» Que vean, que sientan, que gocen la verdad de tu doctrina, la suavidad de tu ley, la ternura de tu amor, la eficacia de tus Sacramentos.

Que te conozcan estas almas a quienes tiene engañadas la idea de que pueden salvarse por haber sido «buenas» en el mundo. Rasga, divino Sol, las densas tinieblas en que están envueltos tantos hermanos nuestros y que les impiden ver el abismo de la eternidad que tienen abierto a sus pies. Acepta por ellos, Corazón Sagrado, los humildes ruegos de nuestro rendido corazón.

Se medita unos momentos

Además de los incrédulos hay los malos cristianos; es decir, quienes creen pero no practican; tienen fe y no quieren dejar de ser llamados católicos, pero andan en malas compañías y cometen malas acciones.

¿Qué les valdrá su creencia, si no procuran ajustar a ella su conducta? Ah, les valdrá sólo enfrentar una mayor responsabilidad en el tribunal de Dios.

Te pedimos, también, amoroso Corazón de nuestro Jesús, por esos malos cristianos cuya vida licenciosa deshonra tu ley y da ocasión a que se burlen de ella tus enemigos, al igual que resulta mortal escándalo para los incautos.

¡Oh, indigna ingratitud! Creen en Ti, Señor, pero no te sirven; admiten tu ley pero la pisotean; temen tu infierno, pero nada hacen para no caer en él.

Oh, Señor, despierta a estos dormidos; limpia de la enfermedad de sus costumbres a estos leprosos. Toca con tu inspiración a esos Lázaros malolientes por sus vicios. Haz brillar aquí, a la vez, tu poder y tu misericordia. Muchos fueron los pecadores que por tu misericordia son ahora faros de santidad y orgullo de la Iglesia. Sagrado Corazón de Jesús, por los infelices incrédulos, por los endurecidos pecadores, te pedimos hoy luz, gracia, perdón.

Oración y Acto de consagración al Sagrado Corazón de Jesús

Rendido a tus pies, oh Jesús mío, considerando las extraordinarias muestras de amor que me has dado y las sublimes lecciones que me enseña continuamente tu adorable Corazón, te pido, con humildad, la gracia de conocerte, amarte y servirte como fiel discípulo tuyo. Quiero hacerme digno de los favores y bendiciones que con generosidad concedes a los que, de veras, te conoce, te aman y te sirven.

Mira que soy necesitado, dulce Jesús, y sólo necesito de Ti, como el mendigo necesita la limosna que han de dar los hombres. Mira que soy muy tosco, oh soberano Maestro, y necesito de tus divinas enseñanzas para que sean luz y guía de mi ignorancia. Mira que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los débiles, y caigo a cada paso, y necesito apoyarme en Ti para no desfallecer.

Seas todo para mí, Sagrado Corazón; socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, bastón de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Ti lo espera todo mi corazón. Tú lo alentaste y lo invitaste, cuando con sencillas palabras dijiste repetidas veces en tu Evangelio: vengan a mi… Aprendan de mi… Pida; llamen…

A las puertas de tu Corazón vengo, llamo, pido y espero. Del mío te hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tómalo Tú y dame a cambio lo que Tú sabes que me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad. AMÉN.

Aquí se rezará  3 Padre Nuestro, 3 Ave María y  3 Gloria, en recuerdo de las tres insignias: cruz, corona y herida de la lanza, con que se apareció el Sagrado Corazón a santa María Margarita Alacoque. Luego se rezan las letanías al Sagrado Corazón de Jesús:

Letanías al Sagrado Corazón de Jesús

Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, Ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo, Redentor del mundo, Ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, Ten piedad de nosotros.

Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, formado en el seno de la Virgen Madre por el Espíritu Santo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de infinita majestad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado de las eternas colinas, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te invocan, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, colmado de oprobios, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren, Ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, Ten piedad de nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, Ten piedad de nosotros.
Jesús, manso y humilde de Corazón, Haz nuestro corazón semejante al tuyo.

Oración final al Sagrado Corazón de Jesús

Oh, Dios todopoderoso y eterno, mira en el Corazón de tu amadísimo Hijo las alabanzas y satisfacciones que en nombre de los pecadores te ofrece, y concede el perdón a estos hijos tuyos que piden misericordia en el nombre de tu mismo Hijo, nuestro señor Jesucristo, el cual vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.




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