A continuación te muestro algunas oraciones por los enfermos que puedes hacer para interceder por su pronta recuperación o, si es tu caso, para que lo puedas rezar en tus momentos de enfermedad y dolencia.
Te recomiendo que siempre hagas las oraciones por los enfermos con fe y que te encomiendas a nuestra madre Santísima: La Virgen María.
Oración por una persona enferma
Dios Todopoderoso y Eterno, Tú eres la salud eterna de los que creen en Ti. Escúchanos por tu siervo enfermo (N ...) por quien imploramos la ayuda de tu infinita misericordia, para que, habiendo recuperado la salud corporal, te dé gracias en tu Iglesia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén
Consagración de un enfermo a María: Oración del Papa Pío XII
Oh Madre bondadosa y buena, cuya propia alma fue traspasada por la espada del dolor, míranos en nuestra enfermedad, nos procesamos junto a ti en el Calvario donde cuelga tu Hijo Jesús. Dotado de la gracia suprema del sufrimiento, y con la esperanza de realizar en nuestra propia carne lo que falta en nuestro compartir de la pasión de Cristo, en nombre de su Cuerpo Místico, la Iglesia, te consagramos a ti nosotros mismos y nuestro dolor. Oramos para que los coloques en ese altar de la Cruz en el que está fijado Jesús. Que sean pequeños sacrificios de la propiciación por nuestra salvación, por la salvación de todos los pueblos. Oh Madre de los Dolores, acepta esta consagración. Fortalece nuestros corazones esperanzados para que, como participantes de los sufrimientos de Cristo, también podamos compartir su consuelo ahora y para siempre. Amén.
Oración por un niño enfermo
San Gerardo, quien, como el Salvador, amó a los niños con tanta ternura y con sus oraciones liberó a muchos de la enfermedad e incluso de la muerte, Escúchenos a quienes suplicamos por nuestro hijo enfermo. Agradecemos a Dios por el gran regalo de nuestro hijo / hija y le pedimos que le devuelva la salud a nuestro hijo si esa es su santa voluntad. Este favor, te lo suplicamos a través de tu amor por todos los niños y las madres. Amén.
Oración por los enfermos cercanos a la muerte
Dios todopoderoso y eterno, preservador de las almas, que corrige a los que amas, y para su mejoramiento castiga con ternura a los que recibes, te invocamos, oh Señor, para que concedas tu curación, que el alma de tu siervo N., a la hora de su partida del cuerpo, sea presentado sin mancha a ti por las manos de Tus santos Ángeles. Amén.
Oración personal en tiempo de enfermedad
Oh buen Jesús, acepto de buena gana esta enfermedad [o prueba] que te ha agradado imponerme. Confío todos mis dolores a tu Sagrado Corazón, y te suplico que los unas a tus amargos sufrimientos, y así los perfecciones haciéndolos tuyos. Como no puedo rendirte la alabanza que te debo a causa de la multitud de mis dolores y aflicciones, te pido que alabes a Dios Padre por todo lo que sufro, con el mismo tributo de alabanza que le ofreciste cuando tu agonía en la cruz estaba en su altura. Así como le agradeciste con todas las fuerzas de tu alma por todos los sufrimientos e injusticias que Él quiso que soportaras, así te ruego que le des gracias también por mis pruebas. Ofrécele mis sufrimientos, físicos y espirituales, junto con tus santísimos dolores para su eterno honor y gloria. Amén.
Salmo como oración por los enfermos: Salmo 38(37)
Señor no me reprendas ira No me corrijas en cólera que tus flechas se me han clavado y tu mano pesa sobre mi. No hay parte ilesa en mi carne, a causa de tu furor, no me queda un hueso sano, a causa de mi pecado. Pues mis culpas sobrepasan mi cabeza, son un peso superior a mis fuerzas. Supuran enconadas mis llagas, a causa de mi pecado. Pues mis culpas sobrepasan mi cabeza son un peso superior a mis fuerzas supuran enconadas mis llagas a causa de mi insensatez hoy todo encorvado y encogido , todo el día camino sombrío. Porque tengo las espaldas ardiendo: no hay parte ilesa en mi carne. Estoy todo agotado y deshecho, me ruge bramando el corazón. Señor mío, en tu presencia están mis ansias, no se te ocultan mis gemidos. Se me agita el corazón, me faltan las fuerzas, y me falta hasta la luz de los ojos. Mis amigos y compañeros ante mis dolencia se detienen; mis prójimos se mantienen a distancia. Me tienden lazos los que atentan contra mi vida, lo que buscan mi desgracia me difaman, todo el día rumorean calumnias . Pero yo me hago el sordo y no oigo, me hago el mudo y no abro la boca, soy como uno que no oye y no tiene que replicar. En ti, Señor, espero y tú me escucharás, Señor Dios mío. Temía que se alegraran de mi caída, que al tropezar yo cantan victoria. Pues yo estoy a punto de resbalar y tengo siempre presente mi pena. Mi culpa la confieso, me duele mi pecado. Mis enemigos mortales son poderosos, son muchos los que me aborrecen sin razón. Los que me pagan males por bienes me atacan cuando procuro el bien. No me abandones, Señor, Dios mío, no te quedes a distancia; ven aprisa a socorrerme, Señor mío, mi salvación.