La salve o también conocida como la «Salve Regina» es una oración a la Virgen María que te muestro a continuación:
Oración de la Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh, clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
Oración Salve Regina
La Salve Regina, es una de las antífonas marianas que tradicionalmente se han cando o rezado después de la oración completa que conocemos como «Completas» desde el sábado anterior al Domingo de la Santísima Trinidad hasta el viernes anterior al primer domingo de Adviento.
Esta oración Salve Regina también solemos rezarla en el Santo Rosario.
La Salve Regina, así como los otros cuatro himnos marianos fue escrita durante la Edad Medio en Latín (más adelante también te dejaré esta oración).
La tradición se cree que la escribió el monje Aleman Hermann de Reichenau del Siglo XI, aunque muchas veces se verá más aceptada su autoría como anónima.
Salve Regina en Latín
Salve, Regina, mater misericordiae;
vita, dulcedo et spes nostra, salve.
Ad te clamamus exsules filii Hevae.
Ad te suspiramus gementes et flentes
in hac lacrimarum valle.
Eia ergo, advocata nostra,
illos tuos misericordes oculos ad nos converte.
Et Iesum, benedictum fructum ventris tui,
nobis post hoc exsilium ostende.
Oh clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria.
V. Ora pro nobis, sancta Dei Genitrix.
R. Ut digni eficamur promissionibus Christi.
Oremus. Omnipotens sempiterne Deus, qui gloriosae Virginis Matris Mariae corpus et animam, ut dignum Filii tui habitaculum effi mereretur, Spiritu Sancto cooperante, praeparasti, da, ut cuius commemoratione laetamur; eius pia intercessione, ab instantibus malis et a morte perpetua liberemur. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amén.
Historia de la Salve Regina
Peter Canisius, Sacerdote Jesuita del Siglo XV, dice que uno alaba a Dios en María cuando se dirige a ella con una canción o un canto.
Su uso después de las completas se debió a los monjes que entonaban esta hermosa oración de La Salve en las capillas.
Los monjes cistercienses cantaban la Salve Regina diariamente desde 1218 y comenzó a ser popular en las universidad del medievo como canto verspertino.
Según el P. Juniper Carol incluso llegó a ser parte del ritual para la bendición de un barco. De hecho esta oración en particular fue apreciada especialmente por los marineros.
Alfonso, doctor de la Iglesia, analiza la Salve Regina y explica cómo Dios le dio a María a la humanidad como la Puerta del Cielo.
¿En dónde más se usa la Salve Regina
Como ya hemos venido platicando, se utiliza en las completas y en el Santo Rosario. También la podremos escuchar en las llamadas misas menores y al final de las misas funerarias de un sacerdote por los hermanos sacerdotes.
De igual manera, habrá ocasiones cuando nos queramos encomendar a ella que la podemos cantar o rezar, ya sea después de misa, de alguna asamblea de oración, etc.
Incluso la podemos hacer como oración personal aún cuando no recemos las completas.
Salve Regina canto en gregoriano
La Salve es una de las oraciones más populares de la Virgen María. Originalmente era una antífona, como lo podemos ver en la parte superior de la imagen anterior que esta escrito: Antiphone B. Mariae Virginis.
En el Brevario original en Latín, venían otras cuatro oraciones: Alma Redemptoris Mater (Augusta Madre del Redentor), Ave Regina Coelorum (Salve Reina de los Cielos) y Regina Coeli (Reina de los Cielos).