Novena a San Blas

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San Blas es santo patrón de los otorrinolaringólogos, por lo que se le puede pedir su intercesión ante dolencias del oído, la nariz y la garganta. San Blas es uno de los catorce santos auxiliadores.

novena a San Blas
novena a San Blas

👉 Fiesta patronal de San Blas: 3 de febrero
🙏 ¿Cuándo inicia la Novena?: 25 de enero, se puede rezar siempre que se quiera pedir su intercesión sin importar la fecha.
Grado de celebración católica: Memoria

Recuerda siempre rezar con fe y agradecimiento.

Inicio de oración para Novena a san Blas

† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto Penitencial (Yo pecador)

Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión;
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, 
a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.

Oración inicial a san Blas obispo

Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo,
que hoy te invoca apoyado en la protección
de tu mártir san Blas;
concédenos, por sus méritos,
la paz en esta vida
y el premio de la vida eterna.

Por Jesucritso nuestro Señor, Amén.

Después la oración de novena a san Blas

Día 1 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 2 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 3 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 4 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 5 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 6 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 7 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 8 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

Día 9 de la novena a san Blas

 ¡Dios Todopoderoso y Eterno! Con fe viva y adorando reverentemente a Tu Divina Majestad, me postro ante Ti e invoco con filial confianza Tu suprema generosidad y misericordia. Ilumina las tinieblas de mi intelecto con un rayo de tu luz celestial e inflama mi corazón con el fuego de tu divino amor, para que pueda contemplar las grandes virtudes y méritos del santo en cuyo honor hago esta novena, y siguiendo su ejemplo imite, como él, la vida de tu divino Hijo.

Te suplico que concedas bondadosamente, por los méritos y la intercesión de este poderoso Consolador, la petición que por él te presento humildemente, salvando con devoción: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». ‘ Concédete bondadosamente escucharlo, si redunda para tu mayor gloria y para la salvación de mi alma. Amén.

Oh Dios, líbranos por la intercesión de tu santo obispo y mártir san Blas, de todo mal del alma y del cuerpo, especialmente de todos los males de la garganta; y concédenos la gracia de hacer una buena confesión con la confiada esperanza de obtener tu perdón, y de alabar siempre con labios dignos tu santísimo nombre. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

San Blas, bondadoso benefactor de la humanidad y fiel siervo de Dios, que por amor de nuestro Salvador sufriste tantas torturas con paciencia y resignación; Invoco tu poderosa intercesión. Guárdame de todos los males del alma y del cuerpo. Por tus grandes méritos Dios te dotó de la gracia especial de ayudar a los que padecen males de la garganta; aliviame y preservame de ellos, para que pueda siempre cumplir con mis deberes, y con la ayuda de la gracia de Dios realizar buenas obras.

Invoco tu auxilio como médico especial de las almas, para que pueda confesar mis pecados sinceramente en el santo sacramento de la Penitencia y obtener su perdón. Encomiendo a tu misericordiosa intercesión también a aquellos que desgraciadamente ocultaron un pecado en la confesión.

Obtén para ellos la gracia de acusarse sincera y contritamente del pecado que ocultaron, de las sacrílegas confesiones y comuniones que hicieron, y de todos los pecados que cometieron desde entonces, para que puedan recibir el perdón, la gracia de Dios y la remisión del castigo eterno. Amén.

 ¡Señor mío y Dios mío! Te ofrezco mi petición en unión con la amarga pasión y muerte de Jesucristo, tu Hijo, junto con los méritos de su inmaculada y bendita Madre, María siempre virgen, y de todos los santos, particularmente con los del santo auxiliador en cuyo honor hago esta novena. ¡Mírame, Señor misericordioso! Concédeme tu gracia y tu amor, y escucha con gracia mi oración.

San Blas, ruega por nosotros. 

¿Quién fue San Blas?

Obispo y mártir de los primeros cristianos , uno de los santos medievales más populares . Es venerado como patrón de los que padecen enfermedades de garganta y de los peinadores de lana y como uno de los Catorce Santos Ayudantes .

Según la tradición, san Blas era de noble cuna y, tras ser educado en la fe cristiana, fue nombrado obispo de Sebastia. Aunque el cristianismo había sido adoptado alrededor del año 300 D.C. como religión estatal en Armenia , el emperador romano Licinio inició una persecución de los cristianos y Blaise fue descubierto y detenido.

Mientras estaba encarcelado, curó milagrosamente a un niño de una asfixia mortal. Después de ser desgarrado con planchas de peinadores de lana, san Blas fue decapitado.




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