Novena a Santa Clara de Asís: Santa patrona de la Televisión y de las telecomunicaciones.
Fiesta patronal: 11 de Agosto
Comienza la Novena: 2 de Agosto
Grado de celebración: Memoria
Inicio de oración para Novena a Santa Clara de Asís
† En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Acto Penitencial (Yo pecador)
Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante ustedes, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión; por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes, hermanos, que intercedan por mí ante Dios, nuestro Señor.
Oración Inicial
Señor, Dios nuestro, que concediste a santa Clara un gran amor por la pobreza evangélica, concédenos, por su intercesión, seguir a Cristo en la pobreza del espíritu y llegar a contemplarte en tu glorioso reino. Por Jesucristo, Nuestro Señor, Amén.
Después se hace la oración de cada día del novenario.
Oración de primer día Novena a Santa Clara de Asís
Oh Seráfica Santa Clara, primera discípula del Pobre de Asís, que abandonaste todas las riquezas y honores por una vida de sacrificio y de la más alta pobreza, ruega a nuestro Padre para nosotros la gracia que te pedimos (menciona aquí tus intenciones). Sometiéndonos a la Divina Voluntad y viviendo confiadamente en la providencia de nuestro Padre Celestial. Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Segundo día Novena a Santa Clara de Asís
Oh Seráfica Santa Clara que, a pesar de vivir separada del mundo, no has olvidado a los pobres y afligidos, sino que te has convertido en madre para ellos, sacrificando por ellos tus riquezas y obrando por ellos innumerables milagros; Obtén de Dios para nosotros la gracia que imploramos (menciona aquí tus intenciones), la caridad cristiana hacia nuestros hermanos en todas sus necesidades espirituales y temporales. Amén Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Tercer día Novena a Santa Clara de Asís
Oh Seráfica Santa Clara, luz de tu país, que has liberado a Italia de bárbaros invasores; Obtén de Dios para nosotros la gracia que imploramos (menciona aquí tus intenciones), la de superar todos los ataques del mundo contra la fe y la moral, preservando así en nuestras familias la verdadera paz cristiana con un santo temor de Dios y una devoción al Santísimo Sacramento. Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuarto día Novena a Santa Clara de Asís
Santa Clara, cuyo nombre significa luz, ilumina las tinieblas de nuestras mentes y corazones para que podamos ver lo que Dios quiere que hagamos y realizarlo con un corazón dispuesto y alegre. Antes de tu nacimiento, una voz celestial predijo que serías una luz que iluminaría el mundo. Sé una luz para nosotros en los dolores y angustias de esta vida terrenal, y condúcenos a la luz eterna de nuestro hogar en el Cielo. Pedimos que intercedas ante nuestro padre por (Aquí se menciona tu petición). Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quinto día Novena a Santa Clara de Asís
Oh Seráfica Santa Clara, cuyo corazón virginal fue lo suficientemente grande para amar al mundo entero, toma nuestras peticiones en tus manos puras y preséntalas a Dios. Ruega por nosotros para que un día podamos entrar gozosamente ante el trono de Dios. Deja que la luz de tu perfecta pureza consuma las sombras del pecado y la corrupción que oscurecen el mundo. Salvaguarda la paz de nuestros hogares y la unidad de nuestra familia. Suplica con tu casto amor por todos los que están en peligro y, de manera particular, te pido que intercedas ante nuestro Padre por (Aquí menciona tu petición de la novena). Amén Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sexto día Novena a Santa Clara de Asís
Generosa Santa Clara, que dejaste la riqueza, el placer y todos los bienes terrenales para convertirte en la primera hija espiritual de San Francisco y para servir a Dios en el claustro, ayúdanos a entregar nuestra vida a Dios sin límite ni medida para que Él viva en nosotros y brille de nosotros a todos aquellos cuyas vidas tocan la nuestra. Tú que amaste las almas tanto como para hacer de tu vida un sacrificio continuo por ellas, obtén para nosotros las gracias que ahora imploramos (Menciona aquí tu petición) y gana para nosotros la fuerza para alabar a Dios tanto en el sufrimiento como en la alegría. Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Séptimo día Novena a Santa Clara de Asís
Santa Clara, fiel hija de la Iglesia, amiga y confidente de los papas, intercede por la santa Iglesia y mira con gracia desde el cielo a nuestro santo Padre el Papa. Ilumínanos para quitar de nuestras almas todo lo que obstaculiza el progreso de la Iglesia en la tierra. Concédenos compartir tu gran amor por la iglesia de Dios y difundir su reino en la tierra mediante una vida santa. Tú, que obraste milagros en presencia del Papa en la tierra, obtén para nosotros las gracias que necesitamos (Menciona aquí tu petición de esta novena), ahora que estás en la presencia del Dios Altísimo en el Cielo. Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Octavo día Novena a Santa Clara de Asís
Santa Clara, valiente, que te enfrentaste sin miedo a los bárbaros sarracenos, confiando en el Santísimo Sacramento como su única protección, enciende en nosotros un tierno amor por Jesucristo; ayúdanos a vivir una vida eucarística. Tú que salvaste a tu ciudad de Asís del saqueo y la ruina, protege nuestra ciudad y arquidiócesis, suplica por nuestro amado país y el mundo que sufre. Una voz de la Sagrada Hostia recompensó tu confianza con una promesa: 'Siempre te cuidaré'. Gloriosa Santa Clara, desde tu alto lugar en el Cielo, cuídanos ahora en nuestras necesidades terrenales, te pedimos para que (Menciona aquí tu petición de esta novena) y guíanos con tu luz al Cielo. Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Noveno día Novena a Santa Clara de Asís
Graciosa Santa Clara, que cumpliste tu condición de mujer con una vida de amor en oración y penitencia, ayúdanos a cumplir la voluntad de nuestro padre para que algún día podamos saludarte en el Cielo. Tú que fuiste consolada en tu muerte por una visión de Cristo junto a su Madre, obtén para nosotros la gracia de que podamos morir bajo la protección especial de Dios y entrar en la vida y la bienaventuranza que ahora disfrutas. Ruega por nosotros que luchamos, de nosotros que lloramos, y gana para nosotros el favor de (Menciona aquí tu petición de esta novena) y los favores de Dios para que después de esta vida podamos volver a casa con Aquel que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén. Santa Clara de Asís, Ruega por nosotros. † Rezar un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria † En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vida de Santa Clara de Asís
A los 18 años, Clara se escapó de la casa de su padre una noche, se encontró en el camino con frailes que llevaban antorchas, y en la pequeña capilla pobre llamada La Porciúncula recibió un hábito de lana tosca, cambió su cinturón enjoyado por una cuerda común con nudos y sacrificó sus largos cabellos a las tijeras de Francis. La colocó en un convento benedictino, que su padre y sus tíos asaltaron de inmediato con rabia. Santa Clara se aferró al altar de la iglesia, se quitó el velo para dejar al descubierto el pelo rapado y se mantuvo firme.
Dieciséis días después se le unió su hermana Agnes. Vinieron otros. Vivieron una vida sencilla de gran pobreza, austeridad y total aislamiento del mundo, según una Regla que Francisco les dio como Segunda Orden. A los 21 años, Francisco obligó a Clara bajo obediencia a aceptar el cargo de abadesa, que ejerció hasta su muerte.
Las Pobres iban descalzas, dormían en el suelo, no comían carne y guardaban un silencio casi absoluto. Más tarde, Santa Clara de Asís, como San Francisco, persuadió a sus hermanas a moderar este rigor: «Nuestros cuerpos no están hechos de bronce». El mayor énfasis, por supuesto, estaba en la pobreza del evangelio. No poseían ninguna propiedad, ni siquiera en común, subsistiendo con contribuciones diarias. Cuando incluso el Papa trató de persuadir a Clara para que mitigara esta práctica, ella mostró su firmeza característica: “Necesito ser absuelta de mis pecados, pero no deseo ser absuelta de la obligación de seguir a Jesucristo”.
Los relatos contemporáneos brillan con admiración por la vida de Clara en el convento de San Damián en Asís. Sirvió a los enfermos y lavó los pies a las monjas mendigantes. Ella venía de la oración, se decía, con su rostro tan brillante que deslumbraba a quienes la rodeaban. Sufrió una enfermedad grave durante los últimos 27 años de su vida. Su influencia fue tal que a menudo acudía el papa, cardenales y obispos a consultarla; la propia Clara nunca abandonó los muros de San Damiano.
