Plegaria por los sacerdotes
Señor, Jesús, te pido por tus sacerdotes. Que cuando estén clavados en la cruz del confesionario, pongas en ellos tu corona de luz en vez de tu corona de espinas. Que cuando, día a día, te traigan al pan convertido en tu Cuerpo, ello no se les vuelva rutina, sino diario milagro. Que su trato con las almas, sea siempre para dejar en ellas el amor y el valor que Tú nos entregas.
Que, cuando sean jóvenes, tengan la fortaleza de tus tres años y, cuando sean viejos, sigan sintiendo que «Dios alegra su juventud».
Que Espíritu viviente en carne y hueso, sean como tú, profundamente humanos y perfectamente divinos. Que, cuando el desánimo y la debilidad los agobien en el camino y de su calvario, estés Tú, como Cirineo, para llevarles la Cruz y volverlos gozo. ¡Y que nunca falte quién dé la vida por ellos, así como Tú la diste por nosotros!
Amén